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El mexicano Rubén Cárdenas Ramírez fue ejecutado en una prisión de Texas este miércoles 8 de noviembre, cumpliéndose así la pena de muerte a la que fue condenado por la violación y asesinato de una prima, lo cual él siempre negó.
Pese a las peticiones del gobierno de México, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y expertos de Naciones Unidas, la justicia de Texas completó el castigo para Cárdenas, de 47 años, quien fue declarado muerto a las 22:26 hora local en la prisión de Huntsville.
La negación por parte de la Corte Suprema de Estados Unidos de la última apelación de la defensa motivó un retraso de más de cuatro horas sobre la hora de la ejecución programada inicialmente.
Cárdenas fue acusado y encontrado culpable del secuestro, violación y asesinato de su prima Mayra Laguna, quien tenía 16 años, un crimen ocurrido en la ciudad de McAllen, en el sur de Texas.
Los padres de la adolescente había reportado su desaparición en febrero de 1997.
Los investigadores interrogaron a Cárdenas, quien era cercano a la familia y se había presentado voluntariamente ante la policía.
Luego de varias horas de ser cuestionado, más de 20 según la defensa, hizo una confesión.
El acusado y un cómplice, José Antonio Castillo, entraron sigilosamente a la casa de Laguna para llevársela por la fuerza, según se dijo el juicio llevado a cabo en 1998.
“(Cárdenas) la ató con cinta adhesiva, luego la metió en un vehículo con el otro acusado y condujo a un lugar remoto”, según consta en los registros del Departamento de Justicia Criminal de Texas.
“Cárdenas violó a la víctima, la golpeó severamente con sus puños y la estranguló, causándole la muerte. Cárdenas arrojó su cuerpo a un canal cercano”, dice la síntesis del caso.
Castillo fue detenido días después del crimen y actualmente cumple una sentencia de 25 años de prisión, por el cargo de secuestro agravado, que finaliza en 2022.
“Yo no maté a mi prima, yo soy inocente”, dijo Cárdenas a Maricela Luna, una amiga con la que habló el sábado pasado.
“No tengo miedo, yo sé de qué me voy morir… Estoy en manos de Dios, se hará su voluntad”, le dijo, según explicó Luna en una entrevista con el diario mexicano Reforma.
La defensa de Cárdenas sostenía que la confesión de su cliente fue hecha bajo “coacción”.
Además de que el gobierno mexicano señala que a su ciudadano no le permitieron tener asistencia consular, por lo que considera el proceso en su contra “ilegal”.
“El hecho de que haya existido una violación al debido proceso, y por otro lado a la convención de Viena, no tener la posibilidad de una entrevista con un funcionario consular de entrada es una violación, el tema es que de origen hay una falla, y desde nuestra perspectiva es un acto ilegal“, dijo Carlos Manuel Sada, de la Cancillería mexicana.
El martes 7 de noviembre, el Tribunal de Apelaciones Criminales de Texas, la máxima instancia en la materia de ese estado, rechazó la petición que hizo la defensa para que se practicaran pruebas de ADN que la defensa pidió para demostrar la inocencia de Cárdenas.
Incluso nuevas pruebas de ADN que “no fueran consistentes con el perfil de Ramírez Cárdenas” no lo exculparían de responsabilidad, determinó el Tribunal de Apelaciones Criminales.
También la Junta de Perdones y Libertades Condicionales de Texas negó por unanimidad (6-0) otorgar clemencia o conmutar la sentencia del mexicano.
Maurie Levin, la abogada del mexicano, consideró en que la justicia de Texas se amparó en “tecnicismos legales” para tomar una decisión que, en su opinión, “viola las nociones más básicas de equidad y justicia”.
Instancias internacionales
El caso de Cárdenas también había generado pronunciamientos de instancias internacionales.
Expertos independientes en Derechos Humanos de Naciones Unidas pidieron al gobierno de Estados Unidos que suspenda la ejecución “por temor de que no recibió un juicio justo”.
“Si la ejecución planeada se realiza, el gobierno estadounidense habrá aplicado la pena de muerte sin cumplir con los estándares internacionales de derechos humanos“, dijeron.
También la CIDH había pedido al gobierno de EU “una reparación efectiva” para Ramírez Cárdenas que incluyera “la revisión de su juicio conforme a las garantías del debido proceso y de un juicio justo”.
Sin embargo todas las peticiones fueron denegadas y la sentencia fue cumplida.
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