Según especialistas, el témpano que pesa un billón de toneladas y mide 5.800 kilómetros cuadrados podrá ir rumbo norte hacia el Atlántico Sur y acabar en la plataforma de hielo superficial que rodea las Islas Georgias del Sur.
Mide 5.800 kilómetros cuadrados y pesa un billón de toneladas. Un gigantesco iceberg se separó definitivamente de la plataforma de hielo Larsen C. Es más grande que el país Luxemburgo y es 20 veces la dimensión de la Capital Federal. El desprendimiento -la emancipación continental- del bloque de hielo es un acontecimiento histórico: es uno de los mayores icebergs registrados jamás en la historia. Qué pasará ahora con un inmenso cuerpo de masa sólida a la deriva es uno de los grandes misterios.
El témpano ya cortó sus lazos con la plataforma antártica. Adrian Luckman, profesor de la Universidad de Swansea y primer investigador del Proyecto Midas que estudió el desprendimiento desde sus comienzos, abona la teoría de su establecimiento: “Puede seguir siendo de una pieza, pero es más probable que se desintegre en fragmentos. Parte del hielo puede permanecer en la zona durante décadas, mientras que otras partes pueden ir a la deriva hacia el Norte, hacia aguas más cálidas”.
Anna Hogg, experta en observaciones satelitales de la Universidad de Leeds, en Reino Unido, explicó en diálogo con la BBC cuál será el desplazamiento esperado que adoptará el témpano que recibirá la denominación A-68: “El movimiento de los icebergs está controlado mayormente por los vientos de la atmósfera y las corrientes oceánicas que empujan al bloque de hielo que está por debajo de la superficie del agua”. El rumbo del iceberg dependerá de la simetría de lecho marino o los accidentes geográficos submarinos. “Los rasgos topográficos importantes, como por ejemplo las pequeñas montañas en el fondo del mar, pueden ser lo suficientemente altas como para hacer que el témpano permanezca en el mismo sitio por un tiempo”, agregó.
En caso de continuar con su desplazamiento original, emprenderá un viaje alrededor del continente antártico al compás de la corriente costera que gira en sentido antihorario de manera ininterrumpida. El viaje demorará años y su derretimiento también. Según la experta, cuando alcance la península de la Antártida seguirá rumbo norte en dirección al Pasaje de Drake donde se irá disipando.
Una vez que abandone el continente antártico representará un peligro para los navegantes de acuerdo al grado de fragmentación que experimente: menos desmembramiento significarán piezas más grandes, más visibles. Fragmentos más pequeños serán imprevisibles para el recorrido turístico de los cruceros, sin ser la zona un afluente de rutas comerciales importantes.
Su destino natural podrá ser la plataforma de hielo superficial que se ubica en el perímetro de las Islas Georgias del Sur, territorio británico de ultramar usurpado a casi 1.400 kilómetros de las Islas Malvinas. Una vez que haya invadido el hábitat representará una amenaza para la vida marina al derramar toneladas de agua dulce por derretimiento o desmembramientos. Su impacto sería dramático: reduce la temperatura y transforma las corrientes. De acuerdo al análisis de los científicos británicos, los icebergs son capaces de alterar los ciclos alimentarios de los animales que habitan el ecosistema.
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