/ jueves 3 de febrero de 2022
Razonar y convencer, ¡qué difícil, largo y trabajoso! ¿Sugestionar? ¡Qué fácil, rápido y barato!
Santiago Ramón y Cajal
El rechazo del gobierno panameño para darle el beneplácito a Pedro Salmerón, como embajador de Mexico en ese país, abre un debate acerca del uso del servicio diplomático que hace López Obrador, el cual, además de violar las reglas de reciprocidad de la comunidad internacional al no designar un perfil adecuado y no esperar la respuesta positiva del país receptor antes de hacerlo público, insulta a la ministra del exterior de Panamá, acusándola de ser integrante de la “santa inquisición” por vetarlo. Olvida que es un derecho de cualquier gobierno aceptar las credenciales y dar el visto bueno a los embajadores.
Tampoco es nueva la práctica perniciosa de enviar al exterior personajes que se busca premiar o castigar. Ahora, con el gobierno de la “4T” hemos sido testigos de nombramientos que resultan polémicos y en ocasiones grotescos, que nos recuerdan casos de pasadas administraciones. AMLO ha usado su poder y su mayoría en el Senado para repartir favores y cubrir vacantes, con el consiguiente atropello a los diplomáticos de carrera y personal especializado. Por ello, llama la atención la falta de talento y oficio elemental de quienes preparan los expedientes de los funcionarios propuestos. Es decir, ni siquiera existe capacidad para cubrir adecuadamente las ocurrencias y caprichos del presidente.
El tabasqueño, se ha empeñado en proponer embajadores sin ningún antecedente en la materia. Y hay de todo. Por ejemplo, el caso de Salmerón debió ser analizado desde todos los ángulos. ¿No sabían en Palacio Nacional el escenario que se avecinaba? Es obvio que no les importan los contextos ni los antecedentes de candidatos, sello distintivo de quien está convencido de que tiene el monopolio de la verdad y es poseedor de un poder omnímodo. Y, por supuesto, que cuenta con una Cámara alta a su servicio.
Otras propuestas recientes confirman el uso patrimonial que le da AMLO a las embajadas y consulados. Los tres casos de ex gobernadores del PRI, no dejan nada a la imaginación. Está claro, que se trata de pagos políticos por facilitar el triunfo de los candidatos de Morena en Campeche, Sonora y Sinaloa. Las otras propuestas, especialmente para Nicaragua y Venezuela, son acordes con los perfiles que desean los pequeños dictadores de esos países. En efecto, un bazar lastimosamente exhibido para los pagarés presidenciales.
Nota grave y aguda: es vergonzoso el papel que ha jugado el secretario Marcelo Ebrard, al ser operador administrativo de semejantes ridiculeces. Todo sea por un guiño de AMLO para 2024.
pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:@pedro_penaloz
Razonar y convencer, ¡qué difícil, largo y trabajoso! ¿Sugestionar? ¡Qué fácil, rápido y barato!
Santiago Ramón y Cajal
El rechazo del gobierno panameño para darle el beneplácito a Pedro Salmerón, como embajador de Mexico en ese país, abre un debate acerca del uso del servicio diplomático que hace López Obrador, el cual, además de violar las reglas de reciprocidad de la comunidad internacional al no designar un perfil adecuado y no esperar la respuesta positiva del país receptor antes de hacerlo público, insulta a la ministra del exterior de Panamá, acusándola de ser integrante de la “santa inquisición” por vetarlo. Olvida que es un derecho de cualquier gobierno aceptar las credenciales y dar el visto bueno a los embajadores.
Tampoco es nueva la práctica perniciosa de enviar al exterior personajes que se busca premiar o castigar. Ahora, con el gobierno de la “4T” hemos sido testigos de nombramientos que resultan polémicos y en ocasiones grotescos, que nos recuerdan casos de pasadas administraciones. AMLO ha usado su poder y su mayoría en el Senado para repartir favores y cubrir vacantes, con el consiguiente atropello a los diplomáticos de carrera y personal especializado. Por ello, llama la atención la falta de talento y oficio elemental de quienes preparan los expedientes de los funcionarios propuestos. Es decir, ni siquiera existe capacidad para cubrir adecuadamente las ocurrencias y caprichos del presidente.
El tabasqueño, se ha empeñado en proponer embajadores sin ningún antecedente en la materia. Y hay de todo. Por ejemplo, el caso de Salmerón debió ser analizado desde todos los ángulos. ¿No sabían en Palacio Nacional el escenario que se avecinaba? Es obvio que no les importan los contextos ni los antecedentes de candidatos, sello distintivo de quien está convencido de que tiene el monopolio de la verdad y es poseedor de un poder omnímodo. Y, por supuesto, que cuenta con una Cámara alta a su servicio.
Otras propuestas recientes confirman el uso patrimonial que le da AMLO a las embajadas y consulados. Los tres casos de ex gobernadores del PRI, no dejan nada a la imaginación. Está claro, que se trata de pagos políticos por facilitar el triunfo de los candidatos de Morena en Campeche, Sonora y Sinaloa. Las otras propuestas, especialmente para Nicaragua y Venezuela, son acordes con los perfiles que desean los pequeños dictadores de esos países. En efecto, un bazar lastimosamente exhibido para los pagarés presidenciales.
Nota grave y aguda: es vergonzoso el papel que ha jugado el secretario Marcelo Ebrard, al ser operador administrativo de semejantes ridiculeces. Todo sea por un guiño de AMLO para 2024.
pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:@pedro_penaloz
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