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Cumbre África y Europa – El Sol de México

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febrero 23, 2022

Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales

Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales

  / miércoles 23 de febrero de 2022
Por David Hernández López
La pandemia de Covid-19 retrasó durante dos años la celebración de la VI Cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Unión Africana (UA) pero, finalmente, se realizó el pasado 17 y 18 de febrero. La reunión congregó a alrededor de 70 jefes de Estado y de Gobierno, representantes de los 27 países miembros de la UE y 55 de la UA. La complejidad de administrar la extensa frontera entre ambos continentes, los desafíos históricos en común, sumados a los retos surgidos tras la actual crisis de salud, enmarcan un momento desafiante para la relación entre ambos bloques.
Entre los temas apremiantes se abordó la distribución y aplicación de las vacunas contra la COVID-19 en el continente africano que, con el ritmo actual, será hasta 2024 que se logre inmunizar a toda la población. Por eso, la UE se comprometió a invertir 425 millones de euros adicionales en el tema y, de este modo, distribuir 450 millones de dosis durante la primera mitad de este año.
En el 2021, la UE compartió en total con el continente africano 145 millones de vacunas, por tanto, para alcanzar la nueva meta se tendrá que triplicar el número de envíos en la mitad de tiempo. Aunque es una buena noticia, lo cierto es que implicará un enorme reto de producción y logística, y un profundo compromiso de las autoridades europeas. Con una tasa de vacunados que supera el 70 por ciento en Europa, es posible que se permita una mayor exportación de los inmunizantes, pero un repunte de los casos de contagio, tal vez, podría retrasar los planes.
Por otro parte, la reunión permitió mostrar el interés europeo en retomar su papel como socio estratégico de África. A pesar de la distancia geográfica, China es ya el principal inversor en territorio africano, principalmente en infraestructura. Las precondiciones más laxas que las europeas, le han permitió a diversos gobiernos africanos acceder a financiamiento chino sin revisiones previas sobre su nivel de democracia o, incluso, de la viabilidad climática de los proyectos.
Para contrarrestar esta creciente e inevitable influencia, los europeos se comprometieron a destinar 150 mil millones de euros en tres grandes áreas de importancia en África: inversión, salud y educación. Hay un interés genuino en recuperar la relación especial porque la geografía es inamovible, y la seguridad del continente europeo depende en gran medida de la estabilidad política y económica de su frontera sur.
La preocupación sobre el terrorismo en África se encuentra latente. En varias zonas del continente las instituciones del Estado no han logrado detener el avance de grupos radicales. Tras la recientemente anunciada salida de las tropas francesas de Mali se ha puesto en duda el compromiso europeo con atender la crisis de seguridad en la zona. El Sahel lleva ya tiempo fungiendo como refugio de grupos extremistas que, en cualquier momento, podrían ser lo suficientemente eficaces para representar una amenaza internacional.
Con la atención fija en Ucrania, Europa establecerá como prioridad inmediata reforzar la seguridad en su frontera oriental que, sumada a la salida de Francia, podría resultar en el empeoramiento de las condiciones de seguridad y capacidades de algunos Estados africanos para contener las amenazas terroristas.
Durante la Cumbre se presentaron proyectos para el desarrollo tecnológico y digital en África. Tan sólo entre el 22 y el 25 por ciento de los africanos cuenta con acceso a internet, mientras que en Europa el porcentaje se ubica entre el 93 y 96. Por ello, la UE anunció que la mitad de los 300,000 millones de euros destinados a la Global Gateway (programa europeo de inversión para el desarrollo) se utilizarán para financiar la transición tecnológica y hacia las energías verdes en África.
La generación de energía se ha convertido en un interés inmediato para los gobiernos africanos. Actualmente se contabilizan 600 millones de personas sin electricidad. Sin energía de calidad y accesible para todas y todos, el desarrollo del continente no llegará.
África emite menos del 4% de CO2 de todo el mundo porque en su mayor parte es un continente no industrializado. Frente a este hecho, se vislumbra una enorme oportunidad para que su desarrollo llegue a través de la generación de energía limpia, a la par del compromiso de los mayores contaminantes a reducir sus emisiones.
El potencial que representa África para el impulso de energías verdes es inmenso por sus condiciones climáticas. La inversión europea en esta área será primordial para alcanzar los objetivos de llevar energía a la población sin recursos, sin comprometer su desarrollo ni aumentar sus emisiones de CO2.
La VI Cumbre UE – UA resultó en el anuncio de interesantes compromisos, principalmente de inversión. Sin embargo, los recursos financieros no serán suficientes frente a problemas tan complejos como la inseguridad y el terrorismo. El trabajo entre ambos bloques se vislumbra positivamente. Sin embargo, las prioridades europeas podrían desviar la atención y retrasar los proyectos.

*Investigador del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques del Senado de la República. Licenciado en Relaciones Internacionales por la Facultad de Estudios Superiores Acatlán. Es asociado del del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI).

Por David Hernández López
La pandemia de Covid-19 retrasó durante dos años la celebración de la VI Cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Unión Africana (UA) pero, finalmente, se realizó el pasado 17 y 18 de febrero. La reunión congregó a alrededor de 70 jefes de Estado y de Gobierno, representantes de los 27 países miembros de la UE y 55 de la UA. La complejidad de administrar la extensa frontera entre ambos continentes, los desafíos históricos en común, sumados a los retos surgidos tras la actual crisis de salud, enmarcan un momento desafiante para la relación entre ambos bloques.
Entre los temas apremiantes se abordó la distribución y aplicación de las vacunas contra la COVID-19 en el continente africano que, con el ritmo actual, será hasta 2024 que se logre inmunizar a toda la población. Por eso, la UE se comprometió a invertir 425 millones de euros adicionales en el tema y, de este modo, distribuir 450 millones de dosis durante la primera mitad de este año.
En el 2021, la UE compartió en total con el continente africano 145 millones de vacunas, por tanto, para alcanzar la nueva meta se tendrá que triplicar el número de envíos en la mitad de tiempo. Aunque es una buena noticia, lo cierto es que implicará un enorme reto de producción y logística, y un profundo compromiso de las autoridades europeas. Con una tasa de vacunados que supera el 70 por ciento en Europa, es posible que se permita una mayor exportación de los inmunizantes, pero un repunte de los casos de contagio, tal vez, podría retrasar los planes.
Por otro parte, la reunión permitió mostrar el interés europeo en retomar su papel como socio estratégico de África. A pesar de la distancia geográfica, China es ya el principal inversor en territorio africano, principalmente en infraestructura. Las precondiciones más laxas que las europeas, le han permitió a diversos gobiernos africanos acceder a financiamiento chino sin revisiones previas sobre su nivel de democracia o, incluso, de la viabilidad climática de los proyectos.
Para contrarrestar esta creciente e inevitable influencia, los europeos se comprometieron a destinar 150 mil millones de euros en tres grandes áreas de importancia en África: inversión, salud y educación. Hay un interés genuino en recuperar la relación especial porque la geografía es inamovible, y la seguridad del continente europeo depende en gran medida de la estabilidad política y económica de su frontera sur.
La preocupación sobre el terrorismo en África se encuentra latente. En varias zonas del continente las instituciones del Estado no han logrado detener el avance de grupos radicales. Tras la recientemente anunciada salida de las tropas francesas de Mali se ha puesto en duda el compromiso europeo con atender la crisis de seguridad en la zona. El Sahel lleva ya tiempo fungiendo como refugio de grupos extremistas que, en cualquier momento, podrían ser lo suficientemente eficaces para representar una amenaza internacional.
Con la atención fija en Ucrania, Europa establecerá como prioridad inmediata reforzar la seguridad en su frontera oriental que, sumada a la salida de Francia, podría resultar en el empeoramiento de las condiciones de seguridad y capacidades de algunos Estados africanos para contener las amenazas terroristas.
Durante la Cumbre se presentaron proyectos para el desarrollo tecnológico y digital en África. Tan sólo entre el 22 y el 25 por ciento de los africanos cuenta con acceso a internet, mientras que en Europa el porcentaje se ubica entre el 93 y 96. Por ello, la UE anunció que la mitad de los 300,000 millones de euros destinados a la Global Gateway (programa europeo de inversión para el desarrollo) se utilizarán para financiar la transición tecnológica y hacia las energías verdes en África.
La generación de energía se ha convertido en un interés inmediato para los gobiernos africanos. Actualmente se contabilizan 600 millones de personas sin electricidad. Sin energía de calidad y accesible para todas y todos, el desarrollo del continente no llegará.
África emite menos del 4% de CO2 de todo el mundo porque en su mayor parte es un continente no industrializado. Frente a este hecho, se vislumbra una enorme oportunidad para que su desarrollo llegue a través de la generación de energía limpia, a la par del compromiso de los mayores contaminantes a reducir sus emisiones.
El potencial que representa África para el impulso de energías verdes es inmenso por sus condiciones climáticas. La inversión europea en esta área será primordial para alcanzar los objetivos de llevar energía a la población sin recursos, sin comprometer su desarrollo ni aumentar sus emisiones de CO2.
La VI Cumbre UE – UA resultó en el anuncio de interesantes compromisos, principalmente de inversión. Sin embargo, los recursos financieros no serán suficientes frente a problemas tan complejos como la inseguridad y el terrorismo. El trabajo entre ambos bloques se vislumbra positivamente. Sin embargo, las prioridades europeas podrían desviar la atención y retrasar los proyectos.

*Investigador del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques del Senado de la República. Licenciado en Relaciones Internacionales por la Facultad de Estudios Superiores Acatlán. Es asociado del del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI).

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