Ómicron ha cambiado el color del semáforo epidemiológico en la mayor parte del territorio mexicano. La capital y el Estado de México se han pintado de amarillo, al igual que otros ocho Estados. Otras nueve entidades ya están en color naranja, que señaliza riesgo alto, por el aumento de contagios y hospitalizaciones, en un momento en el que el país ha encadenado varios récords de contagios de covid durante las últimas semanas y la presión es cada vez mayor para el sistema de salud. Aguascalientes, una de las regiones con mayor saturación hospitalaria y menor disponibilidad en unidades de terapia intensiva, es el único que está en rojo, el nivel de alerta máxima.
El semáforo epidemiológico había acaparado la atención de buena parte de la ciudadanía este viernes. La señalización para las próximas dos semanas, del 24 de enero al 6 de febrero, refleja el avance de la nueva variante durante la cuarta ola de contagios de coronavirus, que ya ha llevado al país a tener un 39% de ocupación hospitalaria en camas generales, un punto más que en la última jornada. La disponibilidad de camas con ventilador también se redujo y ya se registra un 23% de ocupación, aunque aún se está lejos de los porcentajes que se observaron en el verano pasado y a principios de 2021. Esta semana se batió el récord de contagios, con más de 60.000 contagios en un solo día. En las últimas 24 horas se detectaron 49.906 casos confirmados, con lo que el país superó el umbral de los 200.000 diagnósticos positivos en los últimos cuatro días.
Las autoridades sanitarias anunciaron la semana pasada que el Consejo Nacional de Salud para el Bienestar (Conasabi), un órgano técnico encabezado por el secretario de Salud, Jorge Alcocer, acordó modificar la metodología del semáforo epidemiológico para adecuarlo a la expansión de ómicron. “El SARS-CoV-2 cambia y se adapta, nosotros debemos hacer lo mismo para hacerle frente”, señaló Alcocer en un comunicado publicado el pasado 14 de enero.
El Gobierno, sin embargo, no ha sido muy claro sobre las nuevas ponderaciones. El semáforo epidemiológico se basa en 10 criterios para determinar el nivel de riesgo en cada Estado del país: la tasa de reproducción efectiva del coronavirus; la tasa de casos activos estimados, la mortalidad y las hospitalizaciones por cada 100.000 habitantes; la ocupación de camas generales y las camas con ventilador en los hospitales; el porcentaje semanal de positividad del virus, y las tendencias de contagios, casos graves y muertes por cada 100.000 habitantes.
Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de Ciudad de México, explicó en una conferencia de prensa que los nuevos criterios buscan dar mayor peso a las hospitalizaciones y menos al aumento de casos, aunque no se animó a adelantar el color del semáforo según esta metodología como hicieron sus homólogos del Estado de México y Quintana Roo. La Secretaría de Salud se limitó a publicar la actualización, que llegó con más de tres horas de retraso, sin dar explicaciones de la situación epidemiológica de cada entidad federativa. Los nuevos lineamientos tampoco están actualizados y en la página web oficial se mantienen los criterios que se actualizaron en agosto pasado. El Conasabi tampoco ha actualizado su página oficial y pone que su última reunión fue en marzo de 2021, hace nueve meses.
El semáforo epidemiológico ha sido criticado por varios especialistas, que han acusado que las autoridades sanitarias no han sido claras e, incluso, no han reflejado la afectación real por la pandemia por cuestiones políticas. “Es una simulación”, dijo Arturo Erdely, actuario y doctor en Ciencias Matemáticas, en una entrevista a este diario en julio pasado. “La población se dio cuenta desde el principio de que el semáforo iba a ser del color que quisiera el Gobierno”, agregó.
Con los cambios aprobados por el Conasabi hace unos días, las autoridades sanitarias reconocieron la necesidad de cambiar esta herramienta para tener una comunicación más efectiva de cara a la población y poder reaccionar de forma más rápida, sobre todo en lo que respecta a casos graves que requieren de hospitalización. Los resultados con la nueva metodología, sin embargo, llegaron antes que las explicaciones sobre los cambios ejecutados. Con todo, el Gobierno de Sheinbaum, por ejemplo, ha insistido en que están descartados los cierres y medidas más estrictas de confinamiento que puedan ahondar el impacto económico de la pandemia. En semáforo amarillo, al menos según los parámetros que todavía aparecen en la página gubernamental, el aforo de las actividades económicas y sociales está limitado al 75% y el uso de cubrebocas es obligatorio en espacios públicos cerrados, aunque las autoridades no contemplan multas o medidas drásticas para vigilar que se porten las mascarillas.
El país confirmó, además, 331 defunciones por covid y ya acumula 302.721 defunciones desde el inicio de la pandemia, según datos oficiales. Las autoridades sanitarias han reconocido un subregistro y, de acuerdo a varias estimaciones oficiales de exceso de mortalidad, el número real de fallecimientos supera el medio millón. El semáforo epidemiológico señala, de cualquier forma, mayor cautela frente al impacto de ómicron: solo 12 Estados se mantienen en color verde, mientras que hace dos semanas eran 19 de las 32 entidades del país.
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Es reportero en México de EL PAÍS. Se especializa en reportajes en profundidad sobre temas sociales, política internacional y periodismo de investigación. Es licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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