Celebraciones de los pueblos originarios de México antes de La Candelaria – México Desconocido

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En la época prehispánica, el calendario agrícola era el que dictaba muchas de las fechas importantes para los pueblos originarios de México.
Las temporadas de siembra y cosecha calculadas con la ayuda del calendario son algo que comparten todas las culturas que se extendieron por el territorio nacional.
Es así como muchas de las costumbres y tradiciones de los pueblos indígenas se parecen entre sí, pero con diferentes nombres y dedicados a los dioses propios de su región o cultura.
Con la llegada de la Conquista, algunas de esas tradiciones y costumbres se perdieron y otras adoptaron nuevos significados.
Una de las fiestas de las que se tiene registro es el Huauhquiltamalcualitzli, celebrado en la antigua Tenochtitlán durante la veintena de izcalli.
El Izcalli empezaba a principios de febrero y se celebraba al dios del fuego Xiuhtecuhtli.
Durante el Huahuquiltamalcualiztli acontecían diversas celebraciones, entre ellas sacrificios humanos, se le adornaban las orejas con aretes a los infantes y se festejaba la transición de niño a adulto de muchos.
Una de las costumbres únicas de esta festividad era la preparación de tamales o tamalli, que todas las casas cocinaban y compartían con sus vecinos o familiares.
“Toda la gente y en todas las casas se hacían estos tamales, y convidaban unos a otros con ellos.
A porfía trabajaban cual por cual haría primeros estos tamales. Y la que primero los hacía, iba luego a convidar con ellos a sus vecinos para mostrar su mayor diligencia y su mayor urbanidad.
La vianda que se comía con estos tamales eran unos camarones que ellos llaman acocilti, hechos con un caldo que ellos llaman chamulmulli”
También era tradición la bebida conocida como texcalcehuia, una especie de pulque antiguo que se bebía entre los ancianos y los recién iniciados adultos.
Chalchiuhtamalli era otro nombre con el que los pueblos originarios de México esta tradición y significa “tamal de jade”.
El nacimiento de un nuevo sol era una de las motivaciones principales para celebrar el inicio y el fin del Calendario azteca.
Tláloc, dios de la lluvia, también recibía tributo en estas fechas para que no faltara su ayuda o para agradecerle por las lluvias que ayudaron a la siembra.
Quetzalcoatl, dios líder de muchos pueblos originarios y representante del sol, también era honrado por sus pueblos con una fiesta.
Chalchiuhtlicue, era la diosa del agua y también se le rendía tributo para las primeras semanas de febrero.
Preparar tamales o tamalli, así como compartirlo con los dioses y la comunidad era el tributo perfecto de los pueblos originarios de México para los dioses, pues según las creencias, fueron ellos quienes hicieron al ser humano a base de maíz.
En algunos sitios arqueológicos como San Bartolo, en Campeche o en Calakmul, se han encontrado vestigios y representaciones de que sus civilizaciones preparaban tamales.
Se sabe que las culturas maya, la teotihuacana, la totonaca y otras que se extendieron por mesoamérica conocían y preparaban tamales e incluso, los vendían.
“La que es oficial de hacer tamales, o los compra para venderlos, suele vender tamales de cualquier manera y género.
Ora sean de pescado o de rana o de gallina, o de otra cualquier manera, la que es buen oficial hácelos bien hechos y sabroso y limpios.
La que es mal oficial en esto, suele vender tamales mal hechos, sucios, desabridos y revueltos con tras semillas, y los que están podridos y hediondos por ser ya de muchos días, al fin tamales que no valen nada”.

En Cholula, Puebla, se festeja la Tlahuanca, una celebración para pedirle lluvia a los dioses para la temporada de siembra.
Del ritual prehispánico solo sobrevive la última parte, donde el pueblo festeja bebiendo pulque, bebida fermentada tradicional entre los pueblos originarios de México.
La Tlahuanca se traduce como “borrachera espiritual” o “Fiesta de la embriaguez” y participar es considerado un privilegio, pues el pulque es una bebida sagrada, a la que no todos tienen fácil acceso.
La celebración se lleva a cabo después de las misas a San Pedro de Ánimas y participan los barrios más representativos de Cholula, donde cada año, un barrio diferente es el encargado de que la festividad se lleve a cabo.
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